Reírse de uno/a mismo/a es muy sano, pero hay que aprender a hacerlo. A todo el mundo puede molestarle una broma cuando el objeto de ella es uno/a mismo/a. Pero hay que distinguir quién, cómo y dónde nos están gastando esa broma. El sentido del humor también se entrena, por eso hemos querido hoy hacer una serie de dinámicas en las que el objetivo era gastar una pequeña broma a otros compañeros y compañeras del grupo.
Una vez que el campamento ya está tan avanzado en el que el grupo se siente grupo, es el momento idóneo para hacer estos juegos en los que nadie se ofende y no hay más que risas. Os dejamos unas fotillos.
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